La Creencia En Los Profetas

Las preguntas relacionadas con la creencia en los Profetas

¿Quiénes son los Profetas y Mensajeros?

Son seres humanos de los hijos de Adán, Al-láh les reveló la profecía y les ordenó transmitir el Mensaje a sus pueblos, e invitarlos a adorar a únicamente a Al-láh, el primero de ellos es Adán y el último es Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con todos ellos, y son numerosos, ya que Al-láh los envió a todas las naciones de la tierra, cada uno en su época, donde en cada etapa de la historia un profeta fue enviado para llamar a su gente y guiarlos por el sendero recto.

¿Por qué Al-láh envió a los Mensajeros?

Al-láh envió a los Mensajeros como una misericordia para la gente, para orientarles y transmitirles el Mensaje de su Señor, por lo que el Mensajero es una persona bien conocida entre la gente de su pueblo, donde la gente da testimonio sobre sus virtudes antes de que reciba la revelación, ya que Al-láh ha hecho que los Mensajeros son un ejemplo visible, los cuales enseñan a la gente por medio de su comportamiento y modales, y les explican lo que es beneficioso para ellos y los mantienen alejados de lo que les perjudica.
Por lo tanto, enviar a los Mensajeros hace que la creación no tenga escusas de no haber obrado bien y seguido el camino correcto, reúne a la gente en una sola religión, que es la adoración únicamente a Al-láh, (Ver: Preguntas doctrinales de los niños y sus respuestas, Dr. Bassam Al- Amoush, (p. 123), y ver: La sabiduría de enviar a los Mensajeros, Muhámmad Al-Uthaymeen, sitio web: Tariq Al.islam). Las personas necesitan guías, que hablan su idioma para que los orienten al camino correcto de la manera correcta, es por esto que Alláh ha enviado a estos Mensajeros que hablan el mismo lenguaje de su pueblo para que les llegue el Mensaje de la manera correcta y clara.

¿Son los Profetas infalibles?

Los Profetas son seres humanos, y guardan los sentimientos y características humanas, solo que Al-láh los hizo infalibles en cuanto al Mensaje que les otorgó, los protegió de caer en todo aquello que afecta su buen comportamiento o moral para que sean buenos ejemplos para la gente, ya sea por medio de sus dichos o hechos, también para que ello no afecte su transmisión del Mensaje, pero a pesar de esto, ellos son seres humanos que pueden caer en los errores normales los cuales no afectan su Mensaje, por ejemplo, cometer el error de estimar el lugar más apropiado para el cultivo, la guerra o el momento de la predicación (Ver: Preguntas doctrinales de los niños y sus respuestas, Dr. Bassam Al-Amoush, (p. 131), y ver: La infalibilidad de los Profetas, Muhámmad Al-Dailami (p. 4)).

 

¿Quién es Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él?

Muhámmad es el último profeta que Al-láh envió a Su creación; hijo de Abdullah, quien a su vez fue hijo de Abdul Muttalib. Es de linaje Hashimi y Quraishíe [cuyos ancestros llegan hasta Abraham]. El profeta Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, nació en el año 571 D.C., en la honorable Meca. Su padre murió antes de su nacimiento y su madre seis años después. Fue criado por su abuelo Abdul-Muttalib, el cual falleció cuando Muhámmad tenía ocho años, luego fue criado por su tío Abu Tálib. Fue bien conocido entre su gente como el veraz, el fidedigno [puesto que nunca mentía ni traicionaba].
Recibió la primera revelación divina cuando tenía cuarenta años, y comenzó a predicar el Mensaje de Al-láh entre la gente de su pueblo, La Meca, durante trece años, luego, cuando la persecución y los perjuicios, se hicieron tan feroces y violentos, emigró de Meca a Medina y se estableció en Medina durante diez años, donde estableció lazos de hermandad entre los migrantes de Meca y los residentes de Medina, y estableció las enseñanzas y leyes de Al-láh. El Profeta murió en el undécimo año de la migración a Medina [a la edad de sesenta y tres años], después de haber transmitido el Mensaje de Al-láh (Ver: Los fundamentos de la religión islámica, Muhámmad Al-Tuwaijri, (p. 74)).

¿Cuál es la prueba de la autenticidad del Mensajero de Al-láh, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él?

Existen muchos signos de la profecía de Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, el más importante de los cuales es el Sagrado Corán, el libro milagroso que todavía sorprende a las personas generación tras generación con sus tesoros que asombran e iluminan a la mente, así como otros signos que muestran su sinceridad: su biografía y las cualidades morales que no solo sus seguidores dieron testimonio sino sus enemigos mismos testificaron al respecto, pues lo llamaban el veraz y el fidedigno. Entre los signos de su veracidad están sus milagros que presenciaron la gente de su época y fueron transmitidos de generación a otra, también está su legislación bella y perfecta, las profecías registradas en libros sagrados anteriores, también la expansión constante del Islam en toda parte y en todos los tiempos, y sus dichos sobre las naciones anteriores y futuras (Ver: Las evidencias de la Profecía, Munqid de Al-Saqar, (págs. 4, 9, 18, 48, 105, 112, 128)).

¿Cómo fue ascendido el Mensajero de Al-láh Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, al Cielo en una sola noche?

El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, hizo el viaje nocturno de Meca a Jerusalén montando una criatura llamada [Al-Buraq], y luego fue ascendido al Cielo en compañía del ángel Gabriel, la paz sea con él, y Al-láh es poderoso sobre todas las cosas, es capaz de todo, nada en la tierra o en el cielo le resulta imposible o difícil. Hoy en día vemos que el hombre a pesar de ser una criatura débil, ha podido fabricar aviones que exceden la velocidad del sonido y ha podido inventar la propiedad de transferir la imagen de forma tridimensional, haciendo así que la persona esté en más de un lugar al mismo tiempo y por supuesto Al-láh es mucho más poderoso que Su creación.

¿Por qué Muhámmad es el último de los profetas?

El asunto de enviar a los Profetas está relacionado con el objetivo de la guía y orientación, y dado que los libros sagrados anteriores eran deficientes, fueron tergiversados y distorsionados después de la muerte de los profetas que recibieron dichos libros, Al-láh por Su sabiduría envió a un Profeta y le reveló un libro sagrado perfecto que no acepta la modificación ni la tergiversación y se responsabilizó Él mismo de preservarlo hasta el Día del Juicio. Y dado que el milagro del Corán es eterno –y es un libro claro y un argumento y prueba para toda la creación- implicó lógicamente que el Profeta Muhámmad sea el último y el sello de los Profetas y Mensajeros.

¿Por qué debemos amar al profeta Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él?

Debido a que su amor es uno de los pilares de la fe, más bien, la fe en Al-láh, exaltado sea, no será completa sino al guardar este tipo de amor, pues el amor hacia el Mensajero de Al-láh Muhámmad está relacionado y asociado con el amor hacia Al-láh, exaltado sea, porque Al-láh lo eligió de entre las personas para llevar a cabo este gran Mensaje, y por supuesto ha elegido a la mejor persona en cuanto a su linaje, moral, dichos y hechos.
Al-láh, glorificado sea, sabe quién mejor le entrega el Mensaje, y mientras lo haya elegido de entre todas las personas para esta gran tarea, es nuestro deber elegirlo mostrando amor por él sobre el resto de las personas, porque él fue quien se esforzó para que las personas conozcan a su Señor, y fue el mejor mensajero para su nación, el profeta más misericordioso para con su gente, por lo que nadie después de Alláh se preocupa por nosotros que él, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él (Ver: Nuestros hijos y el amor del Mensajero, Dr. Amani Al-Ramadi, Sitio web, Said Al-fawaid, y Ver: Amar y respetar al profeta, Abdullah Al-Khudairi y Abdul-Latif Al-Hassan (pp. 53-58)). Además de ello, ha sufrido muchos perjuicios en la causa de su llamamiento al bien, y le hacía sentir triste cuando la gente no aceptaba la invitación a creer en Al-láh, debido a su misericordia para con ellos y debido al temor de que ellos por su rechazo entrarán al fuego del Infierno. Al-láh dice al respecto: “¿Acaso vas a dejar que te consuma la pena si ellos se niegan a creer en estas palabras?” [La Caverna: 6] Por lo tanto, el Profeta Muhámmad, la paz y las bendiciones de Al-láh sean con él, tiene derecho después de Al-láh a que lo amemos.

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